Es una cosa curiosa que una persona puede estar sobrecargada del mundo alrededor y todavía tiene tiempo para pensar y meditar sobre las cosas de las cuales el corazón se carga. Esa soy yo. Soy la testiga principal en la boda de mi hermana este fin de semana, también la designada maestra del baile de la familia (y necesitan más de uno o dos lecciones), tengo que hacer un montón de trabajos y estudiar para examenes finales, y para que sea muy interesante, ni siquera tengo dos dolares y pienso ir a Mexico por 5 meses en la primavera que viene. Yiiii por el estrés!!
Pesa a todo, ha desarrollado algo en mi búsqueda a Dios en cuanto a Su voluntad para mi vida. Decidí que ésta es la única manera en que puedo vivir en verdadera goza, felicidad y paz completa. Eso fue el punto de partida en que creo que Dios me empezó a mostrar las cosas que están dentro de mi que no son las características más buenas: el orgullo, el egoísmo, la impaciencia, entre otras...
En el principio de esta búsqueda empecé inmediatamente a pensar en los demás que no saben de esta paz que ahora llevo en el corazón, la que Dios me ha dado por toda Su gracia. Quería avisar a TODOS de ella y mucho del tiempo no me sentí adequada ni preparada para decir nada. Todavía hablé de esta paz, pero con un espíritu que faltaba la eficaz... fue como si les dijera que estaba un tesoro en su jardín y la reacción fue la misma cada vez, "esa es una opinión, estoy ocupado, véte." Entonces me fui... confundida y sintiendome menos adequada que nunca.
Entonces pensé --espera, si no me siento adequada para llevar este mensaje debe haber algo muy equivocado en mi misma. Desde ahí una nueva missión surgió: me tengo que mejorar. En este proceso aprendí muchas lecciones de valor, pero lo más que pensaba en mi mente sobre cómo podía hacerme más adequada y más digna, lo más indigna me sentía. El cíclo continuaba asi por unas semanas.
Un día en que estaba en camino a las clases, caminando medio congelada y escuchando a mi Hillsong (versión español) me pensé -- sólo tiene que ver con Dios y mi. Y me pegó la revelación así entre los ojos: -- no tiene nada que ver conmigo para nada! La tonta que soy hizo que todo fuera sobre mi misma; la única cosa que creo que detendría a la obra de Dios lo más! Estaba tratando de quitarme del orgullo y el egoísmo y el egocentrísmo y mientras pensaba y hacía hincapié en estas cosas estaba haciendo la misma cosa que estaba tratando de no hacer... enfocar en mi misma.
Desde ahí, una nueva meta surgió. Voy a enfocar enteramente, completamente, con todo el corazón, desvergonzadamente e inexorablemente en DIOS. La Biblia dice que David era un hombre que seguía al corazón propio de Dios, y aquellos con la mentalidad de la religión diría -- pero era un adúltero, un asesino, un traidor! David se ha arrepentido de estos pecados, y Dios diría después que eso es lo que hizo, no define quién es. Soy imperfecta, espero esforzarme por ser más como Cristo mientras quedaré imperfecta, quedaré humana, quedaré en este cuerpo nacido en el pecado, quedaré indigna.... la cosa de que estoy segura es que si mi espíritu se quede en comunión constante con El, con mi Cristo, la naturaleza del pecado algún día se va a reducir a cenizas. La luz y la gloria de Dios se me va a revelar a mi y me daré cuenta de la insignificancia de mi y lo sucio de mi corazón y simplemente voy a querer "vestirme" como Adan y Eva, pero no hará lugar para esconderme y en ese momento la única cosa que quedará para hacer es dejar todo y dejar que Dios haga conmigo lo que quiera. Y cuando esto pase El me lavará los pies, me lavará de mi yo anterior y seré pura de corazón y de espíritu.
Me refiero al futuro en este caso por una sola razón: he reconocido la insignificancia de mi cuerpo, de mi mente, y de mi propia voluntad. Estoy consciente de la grandeza de Dios y sé que no soy nada, igual espero un momento en que Dios me mostrará lo que El ve en mi. Entiendo que soy imperfecta pero quiero ver esta imperfección desde los ojos de mi Salvador para que pueda reconocerla en mi espíritu y de ahí dejar que Dios haga lo que quiera en mi espíritu y que me limpie. Y voy a reclamar la promesa de pureza y rendir todo a El.
Todo?
Todo. Es lo menos que podría hacer. El fue el primero que a mi me dió todo.
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